- Reduce el estrés, gracias a que ayuda a bajar los niveles de estrés de la hormona cortisol y la presión en la sangre. Pero no solo relaja; sino que también mejora el humor, la autoestima, reduce la ira, aumenta la ecuanimidad y nos ayuda a adquirir hábitos de vida y de alimentación más saludables.
- Calma el dolor. Hay estudios que demuestran que la práctica de esta disciplina ayuda a disminuir el dolor a los pacientes con cáncer, esclerosis múltiple, artritis o hipertensión. Y es que roduce un masaje profundo en los órganos y glándulas del organismo, lo que mejora el funcionamiento de todos los sistemas corporales, circulación sanguínea, digestión, respiración, eliminación, sistema endocrino, y cómo no, el sistema nervioso.
- Mejora la respiración, ya que la práctica de esta disciplina enseña a respirar correctamente.
- Aumenta la flexibilidad y el equilibrio. Aunque al principio ni siquiera se llegue a tocar la punta de los dedos con las manos, los avances con cada clase son muy notables.
- Potencia la fuerza. En yoga se trabajan todos los músculos del cuerpo en tan solo una postura, ayudando literalmente a muscular todo el cuerpo de la cabeza a los pies.
- Ayuda a controlar el peso, porque la filosofía de vida yogui potencia hábitos saludables.
- Mejora la circulación en todo el cuerpo, especialmente en las áreas más complicadas como muslos y piernas.
- Es bueno para el corazón porque al controlar la respiración, practicar deporte y reducir el estrés, se está previniendo enfermedades cardiovasculares.
- Ayuda a focalizar. Un nuevo camino a la concentración, la coordinación, tiempo de reacción y memoria.
- Paz mental. Muchas personas que practican esta disciplina se vuelven yogi-addicts ya que no solo es visto como un deporte sino como una filosofía de vida.